Y entonces te das cuenta de que tu día sólo tiene 24 horas.
Y que tu necesitas 36...
Y que tu necesitas 36...
Que el dormir ya no se puede como antes, que tu vida pasa como un relámpago y no te da tiempo a coger aire.
Y entonces entre tantas y tantas cosas tu cabeza sigue pensando únicamente en que le pasara a el, en que puedes hacer.
Y poco a poco sientes como te van tirando tierra y te vas hundiendo en una montaña de preocupaciones, pero ya no te importa respirar o las muchas cosas importantes que tengas, solo te importa el.
Y entonces te das cuenta de tus prioridades y de lo jodido que es querer.
Y solo puedes seguir hacia delante, tragando un poco más de tierra, respirando un poco menos,muriendo un poco más, y dejar en algún sobre aquella preocupación que te invade.
Y entonces te das cuenta de que quizás no sepas arrancarte el corazón y meterlo en un sobre.
Y quizás es que te tengas que quedar ahi, entera, metida, callada.
Esperando a que decida abrirte, a hablarte, a decirte.
Esperando como el tantas veces esperaba.
Esperando a que decida abrirte, a hablarte, a decirte.
Esperando como el tantas veces esperaba.
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