Decidió abrazarse


Y decidió abrazarse lo más fuerte que pudo.
Hasta que esas estúpidas mariposas salieron.
Sabía que algún gusano de esos siempre quedaría dentro.
Pero necesitaba que las demás salieran de su vida después de aquello.
Floreció como nunca lo había hecho, era la flor más bonita del jardín.
Esa que estaba por la noche, y por muy mal que estuviera conseguía que la luna saliera.

Y que las estrellas la alumbraran.

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