hasta que seamos viejos

Cuando lleguemos a viejos y nuestras caras ya no sean las mismas, se entrecorten las palabras y nos cueste hasta hacer una sonrisa. Nunca olvides lo vivido, las tristezas y alegrías, el amor que cada día alimentas en mi vida. Las caricias que hacen un susurro al alma mía y el beso que despierta mis mañanas con mucha dicha. Cuando lleguemos a viejos quiero sentirte a mi lado, y las canas que tengamos nos iluminen el rostro al despertarnos. Seremos de esas parejas que se duermen abrazados, con la claridad absoluta de vivir lo que anhelamos, de los hijos de nuestros sueños y los nietos bellos que nos han dado, el regalo añorado que sentimos al mirarnos.

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